Balas de tizas blancas, para pistolas de cartón.
Bolitas de papel mojado, para cañones recortados.
Ejércitos de clips labiados, contra grapas de calibre 26.
Lápices de cera Plastidecor, rotuladores Carioca y colores Alpino, llenan de garabatos las cartillas Rubio de escritura vertical.
El boli BIC negro preside el desfile victorioso, de capuchones rojos, azules y verdes.
Cuatro chinchetas fijan a la pared el mapa físico de España y Portugal.
Las gomas Milán nata 624 se afanan en borrar los trazos enemigos: los lápices STAEDTLER del número dos, llenando el suelo de fideítos blancos.
La pluma estilográfica logró volcar el tintero de cristal sobre el pupitre.
Mientras, el avión de papel cuadriculado, se estampó contra la pizarra verde, ante el alboroto de las niñas y niños de tercero B.
El Maestro Don Serafín, con la regla de madera que nos enrojecía las palmas de las manos, abatió el avión de papel de dos rayitas, con destino y vuelo directo a la descolorida bola del mundo.
Ángel Maldonado Alba