Yo soy el presunto asesino
de mis horas muertas.
Soy el cruel carcelero
de mi tiempo libre.
El explorador y aventurero
de mi tiempo perdido.
Viajo en el tiempo,
pasado por agua.
Me entierro en horas y minutos.
No se si resucitaré al tercer día,
en el cuarto oscuro
o en el quinto pino.
Conjugo el tiempo verbal.
En un pretérito,
sería pluscuamperfecto.
Yo había sido.
No soy, solo fui.
Y a lo mejor seré.
Y cuando el verbo
se haga carne,
pararé el tiempo,
para amarte por siempre,
AMÉN.