Sentado en el banco blanco, intento hablar con mi sombra.
En el jardín del psiquiátrico no hay lugar para colores.
Se me acabó el tabaco y el alcohol de 96.
Los árboles son blancos, las flores grises, mi sombra es
negra.
El sol calienta mi locura, la luna enfría mi razón.
El rojo y el verde intentan colarse en el manicomio blanco y
negro, pero el guarda de la puerta lo impide.
En este lugar inhóspito no hay sitio para los arco iris.
Va a llover, me levanto y camino descalzo por una alfombra
de hojas secas, que crujen como viles cucarachas. No tengo paraguas.
-Como te envidio. Le grito a mi sombra. No puedo correr, me voy a mojar.
Mi sombra se vuelve y se ríe. Yo le escupo y esquiva mi
saliva.
El cielo se oscurece y la tormenta aumenta.
Se diluye mi sombra tras truenos y rayos.
Solo, loco y empapado, mi sombra me ha traicionado.
Pedazo de Poesía !!! Sí señor.
ResponderEliminar